Barcelona. Spanair no se anda con rodeos y asegura que tiene problemas de liquidez ante la falta de un inversor que haga una aportación de capital estable a la compañía. "Que tenemos problemas de tesorería es algo que no negamos", explicó un portavoz de Spanair a elEconomista. Las mismas fuentes aseguraron que pese a esta circunstancia la compañía no ha dejado de pagar las nóminas de sus empleados ni a ninguno de sus proveedores.
Para Spanair esta situación financiera es transitoria, ya que insisten en que la llegada de un socio industrial está al caer. "Hasta que no se firme con ese socio se mantendrán los problemas de tesorería", indicaron. No obstante, por el momento dos aerolíneas que forman parte de la misma asociación Star Alliance (en la que se engloba Spanair), Singapore Airlines y Turkish Airlines, han negado abiertamente su interés en invertir en la compañía. Spanair es únicamente un socio con el que operan a través de códigos compartidos. La compañía también ha sondeado, sin éxito, involucrar a Lufthansa en su gestión. Ahora, los esfuerzos de Spanair se centran en intentar seducir a compañías aéreas de los Emiratos. Entre otras, ha sondeado a Qatar (aprovechando el clima de entendimiento entre el Gobierno español con el de este emirato) o Etihad. La empresa confía que el socio llegue antes del verano.
Las tensiones de tesorería de Spanair, que se han visto agravadas por la escalada del precio del carburante, han hecho que uno de sus accionistas, SAS, haya alertado del riesgo de bancarrota.
Dudas sobre su viabilidad
Las aerolíneas escandinavas han querido dar un mensaje de tranquilidad a sus accionistas ante el estado de las finanzas de Spanair. "En el caso de que Spanair fuera a la bancarrota, la exposición total de SAS es de 1.800 millones de coronas suecas (200 millones de euros), pero con un efecto negativo limitado de 200-300 millones de coronas (22-33 millones de euros)", señala el documento que SAS presentó a sus accionistas esta semana. La aerolínea escandinava controla en la actualidad el 10,9 por ciento de Spanair.Los últimos datos reconocidos por Spanair son unas pérdidas de 186 millones en 2009, inferiores a los más de 218 millones de euros de un año antes. Fuentes del mercado no confirmadas calculan que la compañía podría haber registrado unos números rojos de entre 50 y 70 millones de euros en el primer trimestre, unos datos que Spanair niega.
Las mismas fuentes añadieron que la compañía no tiene previsto celebrar ningún consejo de administración de urgencia para tratar las consideraciones de SAS. Además, aseguraron que en el consejo de administración la aerolínea sueca está representada por dos miembros, uno de ellos como vicepresidente de Spanair. En ese mismo consejo, también hay dos representantes de la Generalitat.
Aunque SAS ha ido desinvirtiendo progresivamente desde que vendió Spanair a un grupo de sociedades semipúblicas a finales de 2008, todavía conserva ese 10,5 por ciento de las acciones y ciertos compromisos. De hecho, Spanair le debe en concepto de créditos participativos un total de 149 millones de euros.
Ayer, las mismas fuentes señalaron que el hecho de que SAS, pese alertar del riesgo de posible bancarrota de Spanair, no haya provisionado esta cantidad es prueba de que "no ha dado por perdida esta cantidad y que es recuperable".
Además, SAS recuerda en sus resultados trimestrales que mantienen "un préstamo puente pendiente de 27 millones de euros a los compradores de Spanair, que vence el 31 de diciembre de 2011".
Si finalmente el inversor privado no llega, Spanair podría volver a plantear una nueva ampliación de capital. El pasado año ya logró 50 millones de euros de accionistas preferentemente semipúblicos y un préstamo por 40 millones de euros. Entre las sociedades que han respaldado a la compañía figuran la Fira de Barcelona, Avançsa (dependiente de la Consellería de Industria) y Cimalsa (ligada a la Consejería de Territorio y Sostenibilidad).
Apoyo también de CiU
Aunque Spanair era el proyecto empresarial estrella del tripartito (para tener una compañía que favoreciese la apertura de vuelos de largo radio de Barcelona frente a Madrid), el nuevo gobierno de Artur Mas, por el momento también le ha brindado su apoyo. A principios de año, el ejecutivo catalán aprobaba una partida de 20 millones de euros con la que el propio portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguraba que se iba a evitar "la caída" de la aerolínea. Spanair ha asegurado que la situación no era tan crítica.De esos 20 millones, que iban a ser aportados por el Instituto Catalán de Finanzas (dependiente de la Consejería de Economía), finalmente sólo se aportaron 10 millones, que corrieron a cargo de la Fira de Barcelona.
De forma directa, la Generalitat controla cerca del 28 por ciento de la aerolínea. Sin embargo si se tiene en consideración su presencia en otras de las sociedades que también han apoyado a Spanair, su presencia en el accionariado se eleva hasta cerca de un 65 por ciento.
Pese a la actual coyuntura, desde Spanair inciden en el importante proceso de reducción de costes que ha hecho la compañía en los últimos tiempos y en el esfuerzo por ampliar su radio de actuación. En los últimas semanas ha visto la luz su acuerdo para volar a Brasil en código compartido con Singapore Airlines y esta misma semana ha hecho lo propio con la aerolínea de bandera brasileña TAM.
El objetivo de los dueños de Spanair, una vez adquirieron la compañía en 2008, era lograr el equilibrio en 2010, año para el que también estaba previsto empezar a operar vuelos intercontinentales. La crisis que está sufriendo la industria de las aerolíneas y la escalada del petróleo también han dificultado poner en marcha sus planes. Sólo ha dado a conocer una cifra Spanair para remontar el vuelo: lograr 150 millones de euros para volar a otros continentes.
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