La aerolínea irlandesa Ryanair rompió ayer la
baraja y cumplió sus amenazas: abandona el aeropuerto de Reus durante todo el
invierno y retira la mitad de su flota de Girona. Además de dejar desangelado
el aeródromo tarraconense y de dar un varapalo al sector turístico gerundense,
la decisión de Ryanair supone desballestar el modelo
aeroportuario catalán. Así lo interpretó el consejero de Territorio y
Sostenibilidad, Lluís Recoder, quien acusó en última instancia de ese
desbarajuste a AENA por haber permitido a la compañía irlandesa operar desde
Barcelona. Recoder anunció que denunciará a Ryanair por incumplir acuerdos.
El modelo aeroportuario catalán hasta
ahora consistía en usar las dos bases secundarias, Reus y Girona, para nutrir
al mercado turístico -sobre todo de la costa Daurada y la costa Brava, pero
también de Barcelona- con vuelos de bajo coste y chárteres. La tercera pieza,
Alguaire, debía conectar Lleida para impulsar el negocio agroalimentario, abrir
la provincia al tráfico de mercancías y convertirse en la puerta para el
turismo pirenaico. Las grandes rutas y compañías debían quedar reservadas para
el aeropuerto de El Prat, que estaba llamado a convertirse en hub con vuelos internacionales a través de
un modelo de gestión individualizada que ha quedado aparcado por la crisis.
Todos esos
planes se han convertido en papel mojado. Cada paso adelante que ha dado la
aerolínea irlandesa al cumplir sus intenciones de dejar un aeropuerto si no
recibía más fondos públicos ha supuesto un salto atrás para el modelo
aeroportuario catalán. La explicación de que una compañía tenga tal poder se
explica por las altas cuotas de mercado de Ryanair, del 70% en Reus y de más
del 90% en Girona.En marzo Ryanair anunció que dejaba de volar desde Lleida, lo
que dejaba casi vacío ese aeropuerto.
Y más tarde, que se retiraba de Reus,
adonde transporta un millón de pasajeros, y que recortaba a la mitad su
presencia en Girona. Para rematarlo, el año pasado se hizo un hueco en el
aeropuerto de El Prat, donde solo en un año ha conseguido situarse como la
tercera compañía con mayor volumen de pasajeros y hacerse con el 10% de la
cuota del primer aeródromo catalán.
Para la
Generalitat , ahí está la clave: el repliegue de los
aeropuertos secundarios se debe a la apuesta por El Prat. Y ayer, en
declaraciones a RAC-1 Recoder
acusó al gestor aeroportuario AENA de haber contribuido a romper el modelo
catalán favoreciendo la entrada de Ryanair en El Prat, en lugar de usar la
política de tasas aeroportuarias en beneficio de Reus y Girona.
AENA no tardó
en replicar a Recoder. En un comunicado, aseguró que Ryanair opera en El Prat
con las mismas condiciones que el resto de compañías y defendió que las tasas
de Reus son el 40% menores que las de Barcelona, y las de Girona, el 30%. AENA
también aseguró que negocia con 13 aerolíneas para que operen en Reus y con
otras 10 para que lo hagan desde Girona.
Ryanair
conectó el mundo con Girona, un aeropuerto que en 2000 apenas superaba los
650.000 viajeros. Pero se hizo el milagro, y en 2008 por ese aeródromo pasaban
más de 5,5 millones de personas. A cambio, la aerolínea irlandesa ha recibido
ingentes cantidades de dinero en concepto de promoción turística procedentes de
la Generalitat ,
la Diputación
y la Cámara de
Comercio. Ese modelo de cobrar por volar luego se repitió en Reus y, más tarde,
se llegó a acuerdos en Lleida.
Sin embargo,
la aerolínea, insaciable, quería más. "Hoy es un día triste para Ryanair.
Tras los múltiples intentos por cerrar un trato beneficioso, nos hemos visto
obligados a tomar esta decisión", dijo el vicepresidente de la aerolínea,
Michael Cawley, cuando anunció su marcha de Reus. Poco después, los irlandeses
consideraban insuficiente las ayudas de Girona, a pesar de que la Generalitat y las
entidades locales le ofrecían una subvención de 7,5 millones de euros al año,
además de terrenos para un hotel, un hangar y una escuela de azafatas.
Recoder
señaló ayer que es "muy difícil" llegar a acuerdos con Ryanair y
recordó que ha incumplido los pactos de Reus, Girona y Lleida. "Es una
especie de partida de póquer", lamentó. Y aseguró que denunciará los
incumplimientos, aunque recordó que será complicado defenderlos ante el juez al
tratarse de acuerdos de promoción del territorio.
Con la marcha
de Ryanair, 88 personas se quedan directamente sin empleo, aunque los
sindicatos calculan que de forma indirecta la cifra asciende a 300.
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