Hay veces que sí es posible ser profeta en tierra propia. Tanto como para que el resto del mundo se entere y quiera copiar el discurso. Es lo que ha pasado con el sector de los cruceros en Barcelona, cuyo éxito llama la atención de propios y extraños y, por suerte, impulsa a su vez a las empresas locales que lo han propiciado. Creuers del Port de Barcelona, la compañía catalana participada en un 20% por el puerto de Barcelona y que gestiona cinco de las principales terminales de la capital catalana -y ha construido dos de ellas-, ha ganado el concurso para llevar también durante al menos 10 años la nueva y modernísima terminal internacional que comenzará a operar en Singapur a mitad del 2012, con el reto de convertirse en el gran gigante asiático del sector.
La adjudicación, aunque responde a méritos propios (las terminales barcelonesas están archipremiadas por su eficiencia, seguridad y demás), se traduce como el reconocimiento internacional al caso de la capital catalana, que en una década ha disparado los resultados de viajeros hasta alcanzar los 2,6 millones anuales este 2011.
ESTRATÉGICO / La importancia de la gestión de Singapur por parte de Creuers del Port de Barcelona en alianza con SATS (Singapor Airport Terminal Services, hermana de Singapur Airlines) es decisiva en la expansión de la actividad crucerística en Asia. Cabe destacar que los cruceros están empezando a calar en la zona y que Singapur ya recibió en el 2010 a un millón de cruceristas, por lo que quiere consolidarse como primer puerto del sureste asiático.
El potencial de crecimiento en el continente es monumental, teniendo en cuenta su población, tamaño, y que actualmente solo representa el 9% de la cuota mundial. Además, Singapur se ha dotado de avanzadas infraestructuras y una potente red hotelera, y solo le faltaba una terminal sin limitaciones estructurales para lanzarse a por este mercado.
Carles Domingo, director ejecutivo de Creuers del Port de Barcelona, expresó ayer su optimismo, en los tiempos que corren, por este resultado que culmina 16 meses de trabajo. La terminal será doble (con zona de atraque a ambos lados) y no solo importará la tecnología y procedimientos catalanes, sino que incorporará un despliegue de recursos en lujos y dotaciones, como impone su gobierno.
Su socio en esta joint venture tiene oficinas en la capital, pero Creuers desplazará a personal propio que pasará a residir en la zona, más los refuerzos que se precisen en momentos de temporada alta.
La misma euforia corría entre los responsables de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), que trabaja «codo a codo» con Creuers, y que considera que su fórmula de éxito es aunar «operaciones, promoción y acciones comerciales», un mix que han trasladado a Singapur y que ha sido definitivo para imponerse. «La propuesta planteada recoge muchas cosas del modelo de Barcelona en su experiencia en atraques, tarifas, formas de atraer nuevas líneas...», explicaron.
La empresa catalana ya ha llevado también su savoir faire a Málaga. Creuers es propietaria del 80% de Cruceros de Málaga, el operador que gestiona las dos terminales del puerto andaluz.
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