Belfast. (Reuters) - Una vez formó parte de la lista negra junto a Bagdad o Beirut como una zona prohibida para los turistas, pero Belfast se ha convertido ahora en uno de los destinos imprescindibles del mundo gracias a su conflictivo pasado, gran presente para jugar al golf y el inminente aniversario de la tragedia del Titanic.
Durante décadas de violencia sectaria pocos extranjeros visitaban Irlanda del Norte, pero el alto el fuego y el acuerdo de paz entre los grupos de milicianos católicos y protestantes, han transformado la provincia, provocando un boom del turismo, desde 400.000 visitantes en 1998 a 1,6 este año. En 2012, cuando la ciudad conmemore el aniversario del hundimiento del Titanic, que fue construido en el astillero Harland and Wolff de Belfast, las autoridades turísticas esperan un incremento del 20% en el número de visitantes.
Instando a los turistas a conocer Belfast en su Lo mejor del mundo en 2012, National Geographic Traveller dijo este mes que la ciudad tenía un "ambiente increíble". "Sentí que este lugar era un tesoro que se había conservado de algún modo", dijo el editor jefe Keith Bellows. "No ha sido pisoteado por el turismo y me encantó su pureza".
La incursión de Belfast se produjo tres años después de que la Lonely Planet despertara el interés internacional en la ciudad al situarla entre sus diez principales lugares a visitar. La explosión de vuelos de bajo coste en Europa también ha ayudado, facilitando una oportunidad barata para volar a Belfast.
El impulso del Titanic
La ciudad prevé capitalizar el aniversario del hundimiento con una serie de atracciones -desde visitas del Titanic a una cerveza del Titanic- cien años después de que el transatlántico se hundiera causando 1.517 muertos en su viaje inaugural, cuyo destino era Nueva York, el 15 de abril de 1912.
Estos días se están dando los últimos retoques a la atracción central, que ha costado 97 millones de libras (116 millones de euros), Titanic Belfast, que ofrece una vista panorámica de la rampa del astillero donde se lanzó al agua el transatlántico y sus buques hermanos Olympic y Britannic. Nueve galerías de interpretación en sus seis plantas explorarán los imágenes e historias del transatlántico y de las personas de la ciudad que lo construyeron.
Unas imágenes en directo mostrarán el lugar de descanso final del barco a 3.800 metros de la superficie y a 600 km al sureste de Newfoundland. "El Titanic será un gran atracción" dijo Siobhan McGuigan del Northern Ireland Tourist Board que prevé 150.000 visitantes más en 2012.
Para los que acusan a Belfast de tratar de sacar provecho de un desastre marítimo, los organizadores insisten en que es una celebración de una obra maestra del mar, y remiten a un famoso dicho de Belfast: "(El Titanic) estaba bien cuando zarpó".
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