martes, 6 de diciembre de 2011

Optimismo digital, samba y lucha en el barro: crónica desde Brasil.


El pasado lunes aterricé en Sao Paulo procedente de Barcelona, en vuelo operado por Singapore Airlines. Antes de nada, señores responsables de otras aerolíneas, un humilde consejo en tres simples pasos: paso #1, vayan ustedes corriendo al aeropuerto internacional más cercano y compren un billete de Singapore Airlines, da igual el destino; paso #2, durante el trayecto, anoten cuidadosamente en una libreta los múltiples detalles que reflejan lo que la compañía aérea del país chiquitito que se reinventó mil veces entiende por servicio y calidad; paso #3, al regresar a su oficina relean atentamente lo escrito, y cuando noten las diferencias al comparar la lista con su propia oferta, marquen el número de su responsable de satisfacción del cliente y pídanle que aplique en sus vuelos punto por punto el contenido de la lista. No inventen, no añadan, no improvisen… sólo copien. ¡Ah! Y lo mejor es que todo, absolutamente todo, va acompañado de una encantadora sonrisa. Sí, también cuando llevábamos 10 horas de vuelo. De nada.
El propósito principal del viaje se enmarcaba en la preparación de la III Edición del Congreso Internacional Ciudadanía Digital, aprovechando la celebración del Summit E-merging organizado por el Instituto Latinoamericano de Comercio Electrónico para charlar con posibles ponentes de la talla de Marcos Galperín(fundador de MercadoLibre) o Matt Barrie (fundador de Freelancer.com), conocer de cerca el trabajo de Pablo Larguía e Inés Temes de Red Innova, e intercambiar impresiones con compatriotas que están intentando abrir mercado en un país que presenta tantas oportunidades como dificultades, como explicaré más adelante. Entre ellos estaba Marc Serra (fundador de Acuista.com, principal e-commerce de electrónica en España), Agustín Torres (impulsor de la feria EComm dirigida al sector del retail online), Fernando Polo y Miguel Pereira (socios de Territorio Creativo y Social Noise respectivamente), Javier Andrés (fundador de Ticketea), Martí Manent (fundador de derecho.com), Fernando Gárate (socio y responsable de desarrollo de negocio enAntevenio), Raúl Jiménez de MiNube, entre otros.
Todos ellos visitaban Sao Paulo de la mano de Adigital, la Asociación Española de la Economía Digital capitaneada por José Luis Zimmerman y César Tello, con el objetivo de establecer contactos y alianzas destinados a facilitar un posible desembarco en el país.
Lo primero que hay que decir sobre Sao Paulo es que parece inmersa en una incipiente burbuja. Un sector inmobiliario desbocado (los contratos de alquiler inmobiliario sufren incrementos interanuales de entre el 20% y el 50%, y el cielo está plagado de grúas ya que están en construcción entre 200 y 300 nuevos rascacielos en una ciudad que ya tiene más de 6.000), tics de nuevos ricos como la proliferación de helicópteros que prestan servicios de aerotaxi a los ejecutivos de las compañías, auténticas batallas campales por los mejores profesionales con propuestas de incrementos salariales del 100 o el 200%, profesionales que cambian de compañía cada 6 meses al más puro estilo de la burbuja puntocom del año 2000… síntomas de que el país va como un tiro pero también de que hará falta voluntad y acierto político para traducir el crecimiento en unas bases de bienestar sostenible y que mejore la calidad de vida de todos los estratos sociales. La organización del Mundial de Fútbol en 2014 y de los Juegos Olímpicos en 2016 tiene en ese contexto tanto de oportunidad como de amenaza, si no se aplica una visión a largo plazo que cuide y consolide el establecimiento de dichas bases.
Mención aparte merece el ambiente tecnológico en la ciudad. Se vive un gran optimismo similar al del año 2000, con profesionales muy jóvenes asistiendo a infinidad de congresos y eventos 2.0, mucha energía creativa en el ambiente y un sedimento emprendedor relevante que se traduce en un considerable número de start-ups en marcha, como pude apreciar en un elevator pitch celebrado dentro del evento E-merging. No obstante, el capital riesgo es aún escaso, según pude conocer de primera mano hablando con variosseed investors.
Desembarcar en Brasil es menos sencillo de lo que pudiera parecer a priori. Las empresas aterrizan en el país pensando que llegan a una especie de El Dorado y se encuentran con un contexto sustancialmente distinto. Para empezar, los brasileños saben perfectamente que son en este momento una perita en dulce, especialmente para compañías europeas que buscan nuevos caladeros ante el estancamiento de la economía en el Viejo Continente, y juegan bien sus cartas. Son buenos negociadores, trabajan muy bien la investigación de las expectativas de la otra parte, y no dan puntada sin hilo. En segundo lugar, los trámites burocráticos para la obtención de visados, permisos de trabajo y establecimiento de compañías en el país son complicados y tediosos. Como pequeño botón de muestra, algo tan trivial como comprar una tarjeta prepago de teléfono móvil requiere de papeleo y más papeleo. Por otro lado, existe cierta inseguridad jurídica en las modalidades de contratación de personal, lo que lleva al extremo de tener que negociar condiciones específicas casi persona a persona. Mención aparte merecen las cargas sociales, que en algunos casos significan un coste para la empresa de entre el 60% y el 80% sobre el salario del trabajador. Para empresas del sector servicios cuya oferta consiste básicamente en neuronas, éste es un contexto perverso ya que retener al personal se convierte en una auténtica batalla campal que además eleva los costes y por lo tanto reduce la competitividad. En esa condiciones, o vienes respaldado por una marca fuerte o lo más sensato parece ser llegar a acuerdos con partners locales complementarios para ir de la mano y suavizar el aterrizaje. Por si fuera poco, la idiosincrasia local es compleja: escaso conocimiento del inglés, proteccionismo, gap cultural… En definitiva, es tan cierto que el crecimiento de la economía abre oportunidades como que quien se plantee el reto hará bien en venir mentalizado y bien pertrechado para una pelea cara y prolongada en el tiempo.
Pero si fuera fácil no tendría mérito, y la gloria es para quien la merece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...