La empresa estatal Aerolíneas
Argentinas incorporará en los próximos meses a su flota tres aviones Airbus
A-340 de 16 años de edad que están fuera de servicio desde 2009 y cuya
producción se terminó este mes, según recientemente anunció su fabricante.
Las incorporaciones de las
aeronaves forman parte de la aceleración del plan de renovación y
homogeneización de flota que anunciaron esta semana el titular de la compañía,
Mariano Recalde, y ministros del Gobierno en conferencia de prensa.
Pero el constructor
aeronáutico europeo Airbus dio una mala noticia al anunciar que dejará de
fabricar el modelo cuatrimotor A-340 al no poder competir con la eficiencia de
su rival directo, el 777 de Boeing, según adelantó el director financiero de la
firma, Hans Peter Ring.
El A-340 voló por primera vez
en abril de 1992 y fue el más eficiente hasta que dos años después apareciera
el Boeing 777, que cuenta con la misma capacidad pero con dos reactores
solamente, por lo que es más económico en combustible.
La primera de las aeronaves
que incorporará Aerolíneas es un A340-313X, una versión más pesada del
A340-300, cuya entrega realizó el fabricante en abril de 1996 a Singapore Airlines,
la línea de bandera de Singapur.
Ese avión, de 15,7 años de
edad voló por primera vez el 25 de marzo de 1996 y en junio de 2001 pasó a
manos de la firma china Cathay Pacific, la cual lo operó hasta julio de 2009,
momento en que fue parado hasta la actualidad.
El 1º de septiembre de este
año el avión fue incorporado por Aerolíneas Argentinas y pasó a reparación,
dado que el Centro de Estudios de Seguridad de Airbus detectó problemas
mecánicos y emitió un mandato de solucionarlos.
Esa aeronave cuenta con 295
plazas e iba a comenzar a operar en este mes, pero por las reparaciones
entraría en plan de vuelos de AA en diciembre o enero próximo, cuando la
empresa le asigne una ruta.
Esta aeronave es un 50 por
ciento más vieja que el promedio de los aviones que utilizan actualmente las
aerolíneas nacionales en todo el mundo, pero mucho más nueva que los modelos
usados por Venezuela, que cuentan ya con 28 años de desgaste.
Si bien los especialistas
indican que un avión puede volar por décadas porque todo depende de su
mantenimiento y de la pericia de los pilotos, pasados los diez años de edad la
rentabilidad del aparato baja a cero.
En este plano, la novedad de
que ya no se fabricará el modelo es una mala noticia dado que cuando más avance
el tiempo, más dificultoso será conseguir los repuestos nuevos para repararlos.
Indican los entendidos que
los aviones más añejos demandan una mayor cantidad de inspecciones y arreglos
más costosos, lo que significa menos tiempo volando e inferior transporte de
pasajeros.
El segundo y tercer avión a
incorporar, matrícula LV-CSE y LV-CSF, son similares al primero, pero con una
antigüedad de 15.6 y 15.4 años de antigüedad, de los cuales estuvieron también
unos 24 meses sin despegar, desde agosto de 2009.
Ambos aviones fueron
incorporados entre el 1 de septiembre y el 1 de octubre últimos, por lo que una
vez que estén en operaciones AA alcanzará los diez Airbus activos en su flota.
Actualmente, están volando
cuatro Airbus A340-200 y tres A340-300.
La administración Recalde
pretende que entre 2012 y 2013 la empresa pueda hacerse de cuatro aviones
similares más, para mejorar la capacidad de apoyo, es decir, de aviones de
repuesto listos para operar en caso de rotura de uno programado.
Los tres aviones mencionados
son en promedio cuatro años más nuevos que los Boeing 747-400 que AA alquiló a
Pegasus Airlines hace ocho años y desprogramará desde el 1 de febrero de 2012
para devolverlos con casi un año de anticipación.
Antes de ser incorporados a
la firma por la administración del español Grupo Marsans entre diciembre de
2003 y junio del 2005, esos aviones estuvieron parados en dos cementerios de
aeronaves en los Estados Unidos.
Uno de esos Boeing (matrícula
LV-BBU) voló por primera vez el 6 de noviembre de 1990 para la empresa Canadian
Airlines y en 2001 pasó a manos de Air Canadá que en 2003 lo paró y lo mandó al
cementerio de Marana, desierto estadounidense de Arizona, hasta que en junio de
2005 lo compró AA.
Casi la misma suerte corrió
otro de los aviones: el 747-475 (matrícula LV-ALJ) fue operado desde el 7 de
abril de 1992 por las mismas dos empresas canadienses y Marsans los adquirió
para AA el 15 de diciembre de 2003.
Ese avión estuvo a la espera
de volver a volar durante catorce meses en el Centro Aeroespacial de
Mantenimiento y la
Regeneración , una instalación de la Fuerza Aérea de los
EE.UU. ubicada en el desierto de Mojave, Arizona.
Allí duermen unos 4.200
aviones de uso comercial y militar de todo el mundo, algunos que esperan ser
reclamados para volver a funcionar y otros que ya jamás despegarán sus
neumáticos del arenoso y seco suelo estadounidense.
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