Parar y solucionar". Este es el nuevo lema de EADS tras los serios problemas que le generó el lanzamiento del superavión A-380, un programa que se retrasó varios años por problemas de configuración y diseño y graves desajustes en la gestión. El grupo aeroespacial no está dispuesto a pasar por lo mismo con el nuevo A-350 y ha decidido demorar medio año la primera entrega al cliente de lanzamiento (Qatar Airways) y situarla en la primera mitad de 2014.
"El programa se encuentra bajo una gran presión. Algunos elementos hechos con materiales compuestos están llegando más tarde de lo previsto, faltan algunas piezas tipo abrazaderas, etcétera", explicó ayer el responsable financiero de EADS, Hans-Peter Ring, en conversación con CincoDías. Ring no quiso desvelar cuáles son los suministradores clave del grupo que están provocando estos retrasos, pero dejó claro que ya hay personal del consorcio aeroespacial trabajando in situ con sus socios para solucionar estos problemas.
EADS no quiere que a la línea final de ensamblaje del avión, en Toulouse (Francia), lleguen estructuras y componentes del avión incompletos o con deficiencias (como le sucedió con el A-380) y prefiere resolver las dificultades en las propias plantas de los suministradores.
La demora afectará también a las versiones posteriores del avión (la 800 y la 1000), que se retrasarán entre 18 meses y dos años. El nuevo calendario, que exigirá negociar compensaciones con las aerolíneas afectadas, ha tenido un impacto negativo de 200 millones en las cuentas del tercer trimestre de EADS, que se hicieron públicas ayer.
Los resultados trimestrales no fueron buenos (la facturación cayó un 4% y el resultado operativo un 15%) pero no impiden que el balance global del año sea satisfactorio en un contexto de crisis. Hasta septiembre, los ingresos del grupo crecieron un 4%, hasta 32.687 millones. El resultado se duplicó y llegó a los 421 millones. La compañía, que anunció que dejará de fabricar el A-340 (avión cuatrimotor de largo alcance) por falta de pedidos y que ya ha empezado a cerrar contratos con aerolíneas en euros en vez de en dólares, prevé terminar el año con una cifra récord de pedidos en aviones civiles (1.500 unidades) y con un beneficio operativo de 1.450 millones de euros, superior al anunciado previamente.
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