jueves, 10 de noviembre de 2011

Los mejores mercados de Navidad de Europa


City of Tallin

Se acerca la Navidad y, como es habitual en esta época, empiezan los preparativos para celebrar una de las fiestas más importantes del año. Como no podría ser de otra manera, pueblos y ciudades se llenan de luz y de color con la llegada de los tradicionales mercados navideños. Algunos de ellos han adquirido con el tiempo renombre internacional, convirtiéndose en una de las atracciones turísticas de la temporada. Decidir cuáles son los mejores no es tarea fácil, pero nosotros os proponemos diez que, por una u otra razón, se han convertido en únicos y especiales.

Dresde
Los mejores y más espectaculares mercadillos de Navidad los encontramos, sin duda, en Alemania, donde existen centenares de ellos esparcidos por el país. Su fama ha despertado el interés de millones de ciudadanos de todo el continente, que acuden cada año durante las semanas de Adviento a las distintas ferias en busca de los regalos más originales. Entre todos ellos queremos destacar el mercado más antiguo de Europa, el de la ciudad de Dresde, cuyos orígenes se remontan a la primera mitad del siglo XV.
El Striezelmarkt, nombre con el que es conocido, se extiende desde la plaza de Altmarkt, en el casco viejo de la ciudad del Elba. Una gran pirámide de 14 metros de altura y un enorme árbol se erigen por encima de sus más de 250 puestos. En ellos podemos encontrar artesanía de la zona realizada en madera: pirámides navideñas, tallas, y räuchermänner –figuras en forma de fumador de pipa en las que se les coloca velas aomáticas- y cascanueces, y saborear especialidades de la zona. Es imperativo degustar los dulces de ciruela pasa –conocidos como pflaumentoffel- el pan de especias, o el famoso Dresde Atollen (pastel de Navidad), acompañados de vino caliente.
Estrasburgo
Otro de los mercados más recomendables es el que se celebra en la ciudad francesa de Estrasburgo, y que data de 1570. La influencia alemana en esta zona se ha mantenido a lo largo de los siglos, algo que se percibe en cualquier rincón. El Christkindelsmärik -el más importante de los diversos mercadillos que se organizan en la localidad- se instala junto a la portalada de la catedral y los edificios históricos adyacentes, cuya iluminación nocturna ofrece una imagen espectacular.
Como en Dresde, en Estrasburgo podemos adquirir especialidades gastronómicas de la zona, como el pan de especias -el bretzel tiene forma de corazón-, crepes, pasteles y vino caliente, y productos típicos alsacianos de decoración navideña. Además también podemos aprovechar la ocasión de asistir a alguno de los múltiples eventos que tienen lugar durante estas fechas.
Praga
La capital de la República Checa cuenta con el mercado de Navidad posiblemente más romántico de Europa. Aunque a lo largo de toda la ciudad encontraréis múltiples mercadillos, los puntos neurálgicos se encuentran en la plaza Vieja (Staromestske namesti) -que luce en su centro un espectacular árbol de Navidad traído desde las montañas de Krkonose, en el norte del país, junto a un belén a tamaño natural, rodeado de casetas de madera-, y la plaza Wenceslao (Vaclavske namesti).
Objetos navideños y de decoración, adornos de paja, figuras elaboradas con hojas de maíz, joyas hechas a mano, artículos de cristal, juguetes de madera… son sólo algunas de las piezas que podemos adquirir. Vale la pena probar las especialidades que se elaboran en los distintos puestos, como salchichas, mazorcas de maíz o castañas acompañadas de ponche caliente, o el popular grog (té con ron).
Copenhague
Las semanas previas a Navidad el parque de Tivoli de Copenhague se convierte en un espectacular y peculiar mercadillo propio de un cuento del célebre escritor Hans Christian Andersen. Centenares de árboles iluminados por miles de bombillas, decenas de casetas en las que comprar adornos navideños, productos artesanales, muñecas de madera y porcelana y, cómo no, degustaciones, como ya es habitual en estas fechas, de especialidades locales. Destacan el vino caliente con especias junto con aebleskiver, una especie de crepes en forma de bolitas, similar a un buñuelo, condimentadas con azúcar y mermeladas.
El mercado de Navidad del Tivoli cuenta además con atractivos adicionales, como la posibilidad de patinar en el lago convertido en pista de hielo, pasear en ponis –algo pensado exclusivamente para los niños-, o visitar el país de los duendes. A los mayores, tal vez les apetezca acercarse también al barrio portuario de Nihavn para saborear la típica cerveza navideña.
Tallin
Pese a su juventud, el mercado de Navidad de Tallin se ha convertido en uno de los más populares y “auténticos”. Elegido hace un par de años por los lectores de la edición on line del periódico The Times como el mejor de Europa, la ciudad ha conseguido crear un escenario ideal en un entorno medieval espectacular (se considera el conjunto mejor conservado del continente). La adoquinada plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats), reúne más de 50 puestos alrededor de un enorme árbol de Navidad. En ellos podemos adquirir desde sombreros de fieltro de lana a cuencos de madera o mimbre, pasando por pantuflas, colchas elaboradas artesanalmente, cristalería, cerámica o todo tipo de velas.
El frío y la nieve, habitual en estas latitudes, se combate con una extensísima oferta gastronómica, en la que encontramos sopas calientes, salchichas, chucrut, mazapán, frutos secos, galletas… todo ello acompañado de ingentes cantidades de vino caliente que vierten en grandes barriles. Los organizadores de la capital estona no se olvidan de la música ni de los niños: conciertos de coros y sobre todo la visita de Papa Noel completan una feria inolvidable.
Berna
Las plazas de la Catedral –Münsterplatz- y del orfanato –Waisenhausplatz- son los escenarios del mercado de Navidad de la capital suiza, el más famoso del país. En la primera de ellas encontramos fundamentalmente artesanía, flores secas y velas, y en la segunda todo tipo de productos de mercado.
Las casetas sirven sidra caliente y vino aromático, que los visitantes pueden acompañar con apetitosos tentempiés. El mercado ofrece una ocasión excelente para adquirir dulces típicos de la zona y distintas especialidades de pan, como el de jengibre.
Si queréis, podeis acercarose hasta Montreux, una idílica localidad situada junto al lago Lemán, a unos 80 km de la capital, que organiza el mercadillo más antiguo de la Suiza francesa. Con los Alpes de telón de fondo, podréis disfrutar de la visión de una estampa casi idílica.
Bruselas
El mercado de Navidad de la capital de Europa se extiende desde la Grand Place hasta la plaza de Santa Catalina. A lo largo de prácticamente dos kilómetros, los casi 250 puestos de madera se suceden uno tras otro ofreciendo artesanía y todo tipo de productos de alimentación y bebidas. Los más golosos tienen una ocasión ideal para saborear el delicioso chocolate belga, uno de los productos del país que gozan de mayor fama y popularidad.
Como no podría ser de otra manera, el mercadillo, considerado uno de los más originales del continente, ofrece productos de elaboración tradicional y se complementa también con todo tipo de actividades para todas las edades. Destacan los desfiles, las representaciones musicales, la tradicional iluminación de la gran noria o la gigantesca pista de patinaje sobre hielo instalada al aire libre en el Mercado del Pescado (Marche aux Poissons)…
Viena
La capital del Danubio se viste de gala esperando la Navidad con numerosos mercadillos (weihnachtsmärkte). El frío no impide que las calles de la ciudad se llenen de gente El más espectacular y famoso –y también más turístico- de la ciudad se instala año tras año en la plaza del Ayuntamiento. La popular Rathausplatz se llena de luz y de color, con casetas que ofrecen todo tipo de productos relacionados con la Navidad, y en especial tentadores elementos de decoración, repostería típica austríaca, almendras garrapiñadas, castañas y bebidas calientes, como el punch.
Para los que además deseéis adquirir joyería elaborada a mano y artesanía tradicional en general, podéis acercaros al mercadillo de Ehrenhof, cuyo escenario es espectacular como pocos, con el romántico palacio de Schönbrunn como telón de fondo. En cualquier caso, la música está muy presente en la ciudad con la programación de conciertos que se prolongan más allá de Navidad.
Budapest
La música y el folclore son grandes protagonistas en el mercado de Navidad de Budapest, situado en los alrededores de la plaza Vörösmarty. Peculiar y entrañable, el mercadillo acoge casetas donde comprar productos elaborados artesanalmente y típicos chiringuitos en los que degustar especialidades húngaras como el langos -un tipo de pan muy popular en la Europa central- el strudel o las galletas de jengibre, vino Tocai, aguardiente de albaricoque y el vino caliente con especias, mientras corales, grupos de danza y marionetas interpretan música popular.
El centro de la plaza cuenta con una gran corona de Adviento, junto a un inmenso árbol y al tradicional belén tallado a mano forman la estampa de uno de los mercados más jóvenes pero que en los últimos años ha adquirido más relevancia de Europa.
Barcelona
Nuestra última propuesta queda mucho más cerca de casa. Se trata de la Fira de Santa Llúcia, un tradicional mercado de Navidad que se celebra en Barcelona desde hace más de dos siglos. Situado en los alrededores de la catedral, en pleno corazón del barrio gótico, en él se pueden encontrar todo tipo de elementos decorativos de Navidad: desde árboles a muérdago, el tió –un tronco que según la tradición llega cargado de regalos tras ser apaleado-, pasando por figuritas con las que montar el pesebre.
Uno de los elementos más característicos es el caganer, una figura agazapada con los pantalones hasta los tobillos que realiza sus necesidades y que no puede faltar en ningún belén catalán. Cada año, el caganer suele adoptar la imagen de algunos de los personajes que por las razones que sean han sido protagonistas de la actualidad.
Nuestra propuesta de mercados de Navidad está sobre la mesa. Ahora os toca a vosotros elgir.

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