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El aval europeo que el Corredor Mediterráneorecibió el pasado día 19 en Bruselas también sirve para los nuevos accesos al puerto de Barcelona. El enlace, pendiente de ejecución desde hace años, forma parte de este gran eje continental y ahora tiene el camino más despejado porque podrá recibir fondos comunitarios –de hasta un 30% de su coste si se construye antes del 2030– puesto que está considerado uno de los actuales cuellos de botella de esta gran infraestructura cuyo trazado debe seguir el litoral. La Autoritat Portuària considera que el proyecto, que depende de Fomento, ya no puede esperar más para ver la luz por lo que urge a que se desencalle lo antes posible. En la hoja de ruta que la Generalitat ha propuesto al ministerio esta conexión aparece como operativa en el 2015, un objetivo que el Port ve factible.
La actuación, que incluye además de la línea férrea de doble ancho –internacional e ibérico–, una gran estación de mercancías sobre el antiguo lecho del Llobregat, a tocar de la zona ampliada del puerto, y una autovía para camiones que entroncará con la Ronda Litoral a la altura de Cornellà, requiere, según las últimas estimaciones, una inversión total de 473 millones de euros, que podrían cubrirse mediante una fórmula de financiación público-privada. De hecho, este fue uno de los 17 proyectos que el plan extraordinario de infraestructuras (PEI) del ministerio consideró licitar este 2011. Pero hasta la fecha no lo ha hecho.
Hace demasiado tiempo que la Autoritat Portuària reclama la ejecución de estos accesos, que son vitales para sacar partido a la ampliación que se está realizando y que aportará hasta 300 nuevas hectáreas de actividad. Los últimos años se han invertido 3.000 millones de euros para llevar a cabo la extensión del puerto (más o menos a partes iguales entre la iniciativa pública y la privada). Y en los próximos tres se emplearán otros mil millones.
"El objetivo es clarísimo, aumentar la capacidad de la actividad portuaria y para ello necesitamos ampliar nuestro hinterland (área de influencia) en dos direcciones, por el norte y el centro de la Península, y por el sur y el centro de Europa y, para esto último el Corredor Mediterráneo es clave", explica a La Vanguardia Sixte Cambra, presidente de la Autoritat Portuària, que cree indispensable conectar los muelles con esta gran autopista ferroviaria. "En caso contrario –asegura– no podremos alcanzar los crecimientos que hemos previsto". Sólo en contenedores, el puerto de Barcelona estima pasar de mover los 2,7 millones de TEU (unidades de 20 pies) del 2008 a cuatro millones en el 2013. Y si se saca el máximo partido a toda la superficie ganada, poder llegar a los diez millones. "No son cifras únicamente del puerto –insiste Cambra– sino del crecimiento y la capacidad exportadora de nuestro tejido empresarial".
En el documento aprobado por la Comisión Europea sobre las redes ferroviarias prioritarias, se cita expresamente el acceso al puerto de Barcelona como uno de los que no tienen la capacidad adecuada y deben mejorarse. Desde diciembre pasado, las instalaciones disponen de conexión en ancho mixto con terminal en la estación de mercancías del Morrot, que permite fletar trenes hasta el corazón de Europa sin tener que cambiar de vagones o ejes en la frontera. Es el único puerto español que tiene esta conexión. La línea usa tramos con tercer raíl hasta Mollet, por Castellbisbal, y entre Girona y Figueres. En el resto, va por las vías de alta velocidad que a finales del 2012 usarán los trenes de viajeros. El paso fronterizo se hace por el túnel del Pertús. Esta conexión la usan actualmente cuatro trenes semanales (tres a Lyon y uno a Toulouse). El primer trimestre del año que viene, el servicio a esta última ciudad se ampliará a dos o tres circulaciones.
Pero con esta conexión no basta porque no da servicio a la zonasur, la que se pondrá en servicio el año que viene de la mano de Tercat, filial de la multinacional china Hutchison, que estrenará una macroterminal de cien hectáreas que podrá mover 2,65 millones de TEU al año. Esta compañía dispone ahora de una plataforma en el puerto de Barcelona que se moverá al nuevo emplazamiento, equipado con la última tecnología en el tratamiento de este tipo de carga. El próximo verano se abrirá en pruebas y se prevé que a lo largo del 2013 se complete el traslado, que conforma la primera fase de una operación que crecerá al ritmo que marquen las empresas que usan esta modalidad de carga.
Estos proyectos de expansión permitirán al puerto de Barcelona alcanzar cuotas de transporte en ferrocarril homologables a las de los grandes puertos del norte de Europa, que están sobre el 20%. Este es el objetivo a conseguir a medio plazo. En estos momentos, el 11% del tráfico total terrestre con destino u origen en los muelles de la capital catalana se hace en tren. La cifra no es desdeñable si se tiene en cuenta que hace sólo cuatro años era el 2,5%. En alguna terminal, por ejemplo en la de TCB, ya se ha llegado al 15%. Y entre los objetivos de Tercat está transportar toda la carga que se pueda en este sistema. "Así, pronto alcanzaremos una cuota global del 15% con perspectivas de alcanzar el 20%", apunta Sixte Cambra. El resto seguirá en camión, para el que se necesita la autovía prevista en el proyecto de accesos. Si no se construye, a medio plazo el tráfico de la Zona Franca, el Polígon Pratenc y la Ronda Litoral se colapsará.
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