La quiebra de Spanair ha abierto una batalla en las nubes
entre las principales aerolíneas para hacerse con el legado de la compañía: más
de 12,5 millones de pasajeros. La competencia, cada vez más feroz, ya ha
empezado a cubrir los huecos que ha dejado Spanair haciéndose con algunas de
sus rutas o avanzando al verano los planes que habían previsto poner en marcha
a partir de octubre. La disputa se centra sobre todo en El Prat, donde Spanair
era la segunda aerolínea con 4,3 millones de pasajeros, y en las rutas que
conectaban la Península
con las islas Baleares y Canarias y el corredor escandinavo que la empresa
heredó del grupo SAS. El resto, según los expertos, quedará cubierto por la
capacidad actual de las aerolíneas.
La quiebra de Spanair ha metido miedo a
Administraciones y algunos sectores empresariales catalanes, que ven cómo
aumenta la cuota de mercado de las compañías low cost en el aeropuerto del Prat.
“Lamentablemente el hueco que deja Spanair es de escasa rentabilidad”, asegura
el responsable de Transporte y Turismo de PricewaterhouseCoopers en España. La
mayoría de las rutas de Spanair eran de corto y medio radio, cuyos márgenes son
muy reducidos para las aerolíneas tradicionales. “Podrían serlo si se explotan
con unos costes entre un 25% y un 30% inferiores”, añade. Y eso, de momento,
solo pueden hacerlo las aerolíneas de bajo coste.
El
reinado de las low cost no solo se dará en España, un mercado muy propicio a
estas compañías al ser una potencia turística mundial, sobre todo en el
segmento de sol y playa. Un estudio de la consultora Roland Berger, en
colaboración con la Escuela
de Negocios de Leipzig, señala que las aerolíneas de bajo coste dominarán el
mercado europeo en 2015, por delante de las tradicionales. En 2010, las low
cost ya se habían hecho con el 32% del mercado. “El corto y medio radio de
Spanair irá pasando a manos de las low cost, y buena parte de ese hueco ya
quedará cubierto por la capacidad existente”, asegura el experto en transporte
de Roland Berger Ricardo Wehrhan.
Las
rutas más apetitosas de Spanair, por las que pugnarán el resto de compañías,
son las que unen Madrid, Bilbao y Barcelona con Canarias y Baleares, puesto que
mueven grandes volúmenes de pasajeros. Vueling anunció vuelos a Tenerife, Las
Palmas y Lanzarote desde Bilbao, mientras que Iberia se quedará, a través de su
filial Iberia Express, con los que unían Madrid y Baleares.
A
pesar de la baja rentabilidad de la mayoría de sus rutas, fuentes del mercado
recuerdan que Spanair jugaba un papel destacado en Star Alliance al alimentar
los vuelos intercontinentales de otras compañías de la alianza, como Lufthansa,
Turkish Airlines o su socia SAS. Algunos de estos vuelos podrían ser asumidos
por estas aerolíneas, pero en esa maraña de vuelos también hay espacio para
librar dos batallas.
La
lucha se dará sobre todo en el llamado corredor escandinavo, las conexiones con
el norte de Europa que dominaba Spanair. De momento, Easyjet e Iberia pugnan
por repartirse el pasaje que viajaba entre Madrid y Copenhague, mientras que
Vueling y Ryanair se disputarán los pasajeros de la ruta Barcelona-Estocolmo.
Según fuentes del mercado, el cese de operaciones de Spanair, además, ha
acelerado los planes de Vueling y Ryanair para hallar un espacio en las rutas
que unen España y Alemania, y que hasta ahora miraban con prudencia por la
hegemonía de Air Berlin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario