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Por USAN CAREY
Hace ochos años, una ronda de concesiones de último minuto de sus sindicatos evitó que AMR Corp., matriz de American Airlines, se acogiera a la protección de las leyes de bancarrota.
Hoy, el éxito de AMR se ve más como un fracaso. Sus competidores han salido de procesos de bancarrota más fuertes y ágiles, mientras que American parece estar estancada en un ciclo de mediocridad.
Ayer, las acciones de la empresa se hundieron 33% por nuevos temores de que la tercera aerolínea de Estados Unidos por tráfico se vea obligada a declararse insolvente en medio de un empeoramiento de la economía. La acción cayó ayer temprano hasta 38%, a US$1,83 en la Bolsa de Nueva York, aunque luego repuntó ligeramente a US$1,98, lo que representó una caída de 33% hacia el final de la tarde.
La venta generalizada marcó la primera vez que los títulos de AMR descendieron por debajo de US$2 desde que evitó la bancarrota en 2003 y redujo la capitalización de mercado de la empresa a apenas US$670 millones. En un comunicado, la empresa indicó que "no había una noticia que hubiera causado la volatilidad".
La empresa con sede en Fort Worth, Texas, ha mantenido categóricamente que no quiere acogerse a las leyes de bancarrota. En una declaración dijo que ciertamente no era su meta o preferencia. "Sabemos que necesitamos mejorar nuestros resultados y estamos concentrados minuciosamente en lograr eso".
En una entrevista reciente, el presidente ejecutivo, Gerard Arpey, reiteró su creencia de que en una bancarrota, "todos los accionistas salen perjudicados debido a que esa opción es un fracaso".
Pero la salud financiera de AMR ha tenido sus altibajos. En los dos últimos años ha tenido un desempeño inferior frente a otras aerolíneas con grandes redes, y está en camino de reportar su cuarto año consecutivo de pérdidas, después de acumular cerca de US$12.000 millones en rojo en la última década. Al evitar acogerse a la protección de las leyes de bancarrota en 2003 la empresa no pudo deshacerse de los aviones que no necesitaba, reescribir contratos con proveedores o reducir otros costos de hacer negocios.
La empresa señala que tenía US$4.200 millones de efectivo sin restricciones al 30 de septiembre, frente a US$5.100 millones del 30 de junio. Aunque las dos cifras palidecen frente a los US$8.400 millones que el líder de la industria Continental Holdings Inc. tiene en sus arcas, no está cerca de la insolvencia.
AMR ha culpado a los costos laborales por su mal desempeño, que dice ascienden a US$800 millones más al año que el de aerolíneas comparables, la mayoría de las cuales redujeron gastos laborales y beneficios durante reestructuraciones en tribunales de bancarrotas. Para cerrar la brecha, la empresa está renegociando sus contratos laborales, con la idea de extraer más productividad de sus empleados. Esas conversaciones no han arrojado resultados concretos, aunque nuevos líderes en el sindicato de pilotos de AMR han mejorado el clima de negociaciones.
La empresa también se ha quedado rezagada en la ola de consolidación, con lo cual perdió su estatus como la aerolínea más grande de EE.UU. frente a combinaciones de mayor envergadura creadas con la fusión en 2008 de Delta Air Lines Inc. y Northwest Airlines y la unión en 2010 de United Airlines y Continental Airlines en la empresa United Continental.
El plan de reestructuración de AMR, que fue lanzado hace dos años, apunta a asegurar más ingresos de nuevas empresas conjuntas fuera de EE.UU. con Japan Airlines Co. en el Pacífico y con British Airways e Iberia Líneas Aéreas de España SA en el Atlántico. American también está concentrando su munición en ciudades estadounidense donde tiene una fuerte presencia, como Chicago, Dallas y Miami. Y está tratando de fortalecer sus operaciones en Nueva York y Los Ángeles, donde está siendo presionada por rivales más grandes.
En las últimas semanas, muchos analistas comenzaron a quejarse públicamente acerca de que el plan de respuesta de AMR es decepcionante, en especial a la luz de los precios del combustible para la aviación y las señales de que la economía de EE.UU. está debilitándose.
Pocos han especulado que un proceso de bancarrota para AMR es inminente, pero a algunos les preocupa que AMR siga quemando efectivo mientras trata de cumplir con su promesa de recuperación.
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