domingo, 9 de octubre de 2011

Se acabó la fiesta


En los nueve años que llevo dedicándome a la información municipal jamás había conseguido conocer el coste real de la Mercè. Siempre había tenido que conformarme con estimaciones imprecisas y que no tenían en cuenta el amplio despliegue en seguridad, transporte público o limpieza que comportan unas fiestas que mueven a muchos miles de personas. Daba ya esta batalla por perdida cuando el lunes el Ayuntamiento de Barcelona hizo pública una nota con la factura de la Mercè. En total, 5.761.342 euros, incluyendo una partida de 208.966 a cuenta de TMB (básicamente el metro nocturno) y 465.871 correspondientes a los servicios de limpieza. En la nota –un ejercicio de transparencia, pero también un aviso de los recortes que se avecinan– se especifica que la fiesta mayor ha recibido una aportación de algo más de de 1,3 millones de euros de los patrocinadores.


Habrá que tener muy en cuenta este último dato cara a próximas ediciones de la Mercè. El alcalde Trias ya ha insinuado que, a partir del 2012, el año del primer presupuesto de CiU, revisará este tipo de gastos ("¡Disfrutad! –dijo un concejal a sus acompañantes durante el último piromusical– porque no sé cuándo volveremos a ver algo parecido") y que actos como la Festa al Cel ya no serían posibles sin dinero externo.

En el cartel del circo aéreo del pasado fin de semana figuraban una firma automovilística (Nissan), una de cervezas (Free Damm), una compañía de aviación (Spanair) y una petrolera (BP), además de una docena de instituciones y empresas colaboradoras. Pero obtener ayuda para seguir organizando fiestas obligará a los responsables municipales a usar sus mejores armas de persuasión y, aun así, quizás no baste. El patrocinio de fiestas y deportes también vive horas muy bajas. Media docena de clubs de la Primera División de fútbol, entre ellos el Valencia y el Villarreal, equipos de Champions, han comenzado la temporada sin publicidad en las camisetas y la desaparición de patrocinadores hasta hace poco alimentados artificialmente desde el gobierno autonómico de Castilla-La Mancha ha motivado que una de las escuadras más poderosas del balonmano mundial haya tenido que emigrar de Ciudad Real a Madrid.

Al menos en los próximos años los grupos municipales no se pelearán por la que un par de veces fue la estrella de la Festa al Cel, la Red Bull Air Race, considerada por ICV el mayor espectáculo de la insostenibilidad (Iniciativa se opuso radicalmente a su celebración desde dentro del gobierno). La Fórmula 1 del aire, una competición con pruebas en diversas ciudades del mundo, ha sido sustituida en el 2011 por una competición virtual para internautas. Y es muy probable que en el 2012 los aviones tampoco salgan de los hangares. Los ecosocialistas pueden estar tranquilos.

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