La Vanguardia
La Zona Franca y el Port están a la greña. La urgencia por construir los accesos ferroviarios del puerto han abierto una brecha entre las empresas del polígono y la Autoritat Portuària, que propone que el ramal para entrada y salida de mercancías con ancho internacional desde la nueva macroterminal del muelle Prat discurra por la calle 4.
La decisión ha causado malestar entre las empresas ubicadas en este ámbito industrial, que han remitido una carta al conseller de Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder, al delegado del gobierno, Joan Rangel, y al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, comunicándoles que "rechazan frontalmente" esta propuesta.
Por eso, instan a las autoridades a buscar una solución que no perjudique ni colapse la movilidad de la zona. Los firmantes del documento son el Consorci de la Zona Franca,Mercabarna, Nissan, Makro y la asociación de arrendatarios del polígono de la Zona Franca, que consideran que hacer pasar el tren por la calle 4 provocaría la partición en dos del área industrial, además de crear graves problemas circulatorios.
Lo cierto es que el tiempo se acaba y está previsto que en junio de 2012 la macroterminal de contenedores que Tercat –empresa controlada por la multinacional china Hutchinson– esté lista, pero a día de hoy aún carece de conexiones ferroviarias y viarias adecuadas. El proyecto de construcción de los accesos –tienen un coste de 473 millones de euros– se han demorado en el tiempo y los recortes presupuestarios en infraestructuras lo han relegado sin que, por el momento, exista un compromiso serio del Ministerio de Fomento para llevarlos a cabo. De ahí las soluciones provisionales que tanto el Port de Barcelona –a través de la calle 4–, comoFerrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) –sus vías junto al margen del Llobregat y su prolongación hasta el muelle Prat– ofrecen para solventar un problema que pone en peligro la actividad portuaria.
Los operadores del polígono de la Zona Franca coinciden en la urgencia y necesidad de solventar este problema. El grupo de Hong Kong, líder mundial del sector, invertirá 515 millones para convertir Barcelona en su hub del Mediterráneo.
Los firmantes de la carta critican que la decisión, que les fue anunciada el lunes, afecte gravemente su actividad. Por eso, piden "que la urgencia de resolver este problema no se haga a costa de perjudicar la movilidad general de la principal área productiva de Barcelona, lo que implicaría un grave perjuicio al corazón del tejido productivo de Catalunya". Por su parte, el Port señala que su intención es "la de buscar una solución provisional o un conjunto de soluciones". En este caso, se trataría de aprovechar las vías que pasan por la Zona Franca y pertenecen a Adif para enlazar la futura terminal con el corredor de Can Tunis. Este último está adaptado a ancho internacional desde diciembre. Para poder abrir esta conexión hay que colocar un tercer carril en el tendido que discurre por la calle A. Esta red ferroviaria del interior del polígono está infrautilizada. La actuación obligaría a tomar medidas de gestión del tráfico, como la colocación de nuevos pasos a nivel, algo que los operadores del polígono rechazan porque podrían bloquear la calle.
En su escrito, los operadores de la Zona Franca "rechazan frontalmente" la solución provisional propuesta por el Port porque la calle A es "un eje vertebrador de la movilidad general del polígono industrial".
Pendientes de Fomento existen dos proyectos encallados. Uno sería la autovía que discurre junto al Llobregat y parte de la ronda Litoral y llega al puerto. Y los accesos en tren partirían del enlace de Can Tunis y seguirían por el margen izquierdo del actual lecho del río hasta los muelles para remontar por el antiguo cauce, donde estará la estación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario