martes, 12 de julio de 2011

La transformación de American Airlines no levanta vuelo


The Wall Street Journal
FORT WORTH, Texas—La compañía matriz de American Airlines, AMR Corp., comenzó hace 18 meses un plan de reestructuración que aún no da los frutos esperados. Algunos críticos creen que jamás lo hará.
La que fue alguna vez la principal aerolínea de Estados Unidos por número de pasajeros hoy se ubica en el tercer lugar, por detrás de United Continental Holdings Inc. y Delta Air Lines Inc., que incrementaron su tamaño a través de fusiones y recortaron costos en cortes de bancarrota en la década pasada.
Las acciones de AMR han caído 40% respecto a su nivel máximo de los últimos 12 meses y 79% frente a hace cinco años, lo que ha menguado su capitalización de mercado a US$1.850 millones. La empresa ha acumulado pérdidas por US$11.600 millones en la última década y no ha disfrutado de un solo año de rentabilidad desde 2007.

Aun así, los ejecutivos de AMR aseguran que están dando los pasos correctos para revivir a la compañía, contener las pérdidas y mejorar los ingresos. La aerolínea que tiene su sede en Texas, recientemente concretó alianzas para compartir ingresos con Japan Airlines Co. en el Pacífico, y con British Airways y la española Iberia, en el Atlántico. En su mercado interno, se está concentrando en cinco grandes ciudades —sus centros neurálgicos en Dallas, Miami y Chicago, y los disputados mercados de Nueva York y Los Ángeles—, donde tiene reservas de clientes que le generan ingresos importantes.
American también está esforzándose en modernizar su flota. La aerolínea está en negociaciones con Boeing Co. y su archirrival Airbus, una división de European Aeronautic Defence & Space Co., para un potencial pedido de más de 250 aviones de un pasillo que actualizarían su envejecida flota local. Esto prepararía a la empresa para crecer cuando llegue el momento adecuado y la colocaría en fila para recibir los aviones de la siguiente generación.
Los ejecutivos creen que todo lo que necesitan para que su plan de transformación, llamado "Plan de vuelo 2020", dé resultados es tiempo. "Estamos construyendo algo para el largo plazo", dijo el presidente, Tom Horton. "Estamos corriendo un maratón y estamos en el octavo kilómetro".
Sin embargo, los vientos en contra continúan golpeando a AMR. Fue la única compañía aérea estadounidense que no recuperó la rentabilidad el año pasado. Los analistas esperan que continúe perdiendo dinero este y el próximo año, cuando sus rivales aguardan ganancias.
La década pasada no fue auspiciosa para American, a la que se le atribuye la creación de los programas de viajero frecuente y el manejo computarizado de los pasajes. American perdió dos aviones en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y luego sufrió años de demanda declinante, una crisis de liquidez, precios de combustible estratosféricos y la recesión.
Habiendo evitado la bancarrota, AMR tiene los costos laborales y obligaciones de pensiones más altos de la industria en EE.UU., que, según cálculos de la empresa, superan en más de US$800 millones anuales los de sus principales competidores. Por si esto fuera poco, lleva años enfrentada con sus sindicatos, que ahora quieren una recompensa por las concesiones que hicieron en 2003 para mantener a la compañía solvente.
Los inversionistas y los analistas son pesimistas respecto a las perspectivas de AMR. La agencia de calificación de riesgo Standard &Poor's hace poco revisó su proyección de la deuda de la empresa llevándola a "negativa" y redujo su calificación de tres instrumentos de deuda, citando el alto endeudamiento de la aerolínea, los crecientes gastos en combustible y un aumento más pausado de las ganancias.
El presidente ejecutivo, Gerard Arpey, no se inmuta. "Tenemos que continuar demostrando que a la larga, el camino por donde estamos avanzando cerrará las grietas. Nuestra estrategia internacional dará frutos. Nuestra tarea es demostrarlo".
Arpey, de 52 años, se transformó en presidente ejecutivo de American en 2003 en medio de los problemas de liquidez. Para él, aún hay mucha demanda por los servicios de la compañía. "Si conseguimos determinar cómo trasladar nuestros costos a los clientes, tendremos una compañía muy exitosa", sostiene. "Transportamos 250.000 pasajeros diarios. Todo lo que necesitamos es US$10 más por pasajero".
El ejecutivo considera que AMR hizo lo correcto al no solicitar protección por bancarrota hace ocho años. "Con la bancarrota, todos los accionistas salen perjudicados porque la bancarrota equivale a un fracaso", dice.
La compañía lanzó su transformación a fines de 2009. Entre las alianzas internacionales y más vuelos en cinco mercados estadounidenses, American espera generar US$500 millones en ingresos anuales nuevos o ahorros de costos para fines de 2012.
La empresa también está realizando una importante actualización de su tecnología de la información, continúa renovando sus terminales y las cabinas de sus aviones, está agregando tecnología para ayudar a sus trabajadores a lidiar más rápidamente con los pasajeros e intenta mejorar su puntualidad mediocre.
No obstante, United y Delta están haciendo básicamente lo mismo y también apuntan al mismo público, los viajeros de negocios, al tiempo que disfrutan de costos más bajos, sinergias derivadas de fusiones y una red de rutas más grandes.

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